Amor inmortal

Eran las 10 de la noche,
y la oscuridad estaba latente.
Opté por acortar el camino,
pues se me hacía tarde
ya que la cita con Erik era a las 10:30,
y no me daría tiempo.
Entré en el callejón, iba tranquila,
pues jamás he tenido miedo a la oscuridad,
al contrario, me gusta...
la busco en algunos momentos,
me hace sentir protegida.

De pronto aparecieron al otro lado del callejón,
sus ojos me taladraron,
me sentí totalmente atraída por esa mirada
que me estaba atravesando el alma.
Me quedé quieta como hipnotizada,
por aquella belleza oscura
que tanto me fascinaba.

Eran tres, pero uno de ellos...
me sedujo totalmente con su mirada,
ya no había miradas para nadie mas.
Sus compañeros desaparecieron,
y quedamos solos en aquel callejón
donde tan solo una rata escondida
era testigo de nuestro encuentro.

Me rodeó tranquilamente mirandome fijamente,
sin apartar esa mirada de mis ojos...
que me seducía brutalmente.
Yo estaba paralizada,
no sabía que pasaría,
tan solo se que le deseaba...
con todas mis fuerzas,
algo dentro de mi...
hacia que quisiera que me tomara.

Me agarró por la cintura
y sus ojos mas cerca aun
fijaron su mirada en mi cuello,
sus labios suaves carnosos, buscaron los mios...
que los degustó con placer.
Yo me sentí languidecer ante aquel beso...
y complaciente
le ofrecí lo que iba buscando,
mi cuello.

Sus colmillos se clavaron,
y todo mi ser se removió,
sentí un placer sin igual,
que me hacía no querer parar nunca
de aquella penetración, tan excitante.
Cuando todo acabó me dejó,
no sin antes hacerme saber
que cada noche pasaría a buscarme,
y de su mano recorrer el mundo de las tinieblas.

Mi vida ha cambiado, ahora soy feliz,
de su mano cada noche vuelvo a resurgir
y ya no tengo miedo a nada,
porque junto a él todo es perfecto.

He vuelto a nacer,
y esta vez para siempre,
junto a mi amado inmortal.
La oscuridad es nuestro guia.